La bancarización es el grado y nivel de utilización que una población dentro de una economía hace de productos y servicios bancarios.

La bancarización e inclusión financiera debe convertirse en una meta importante para las autoridades y el sector financiero, ya que esto permite formalizar todas las operaciones y canalizarlas a través de medios legales que permiten identificar su origen y destino y que el Estado pueda ejercer sus facultades de fiscalización contra la evasión fiscal, el lavado de activos y otros delitos.

En los últimos años la Republica Dominicana ha tenido importantes avances  en la bancarización, esto lo podemos confirmar en la base de datos “Global Findex” del Banco Mundial.

Los datos suministrados por Global Findex indican que el 55 % de los dominicanos mayores a los 15 años tienen una cuenta bancaria, superando así en el 2017 la media latinoamericana de 54 % y a más de 13 países, incluyendo a todos los de América Central, con la excepción de Costa Rica.

Sin embargo aún queda un gran porcentaje de dominicanos que aún no están bancarizados, lo cual se debe a diferentes factores, entre ellos podemos citar la falta de confianza, los costos de los servicios que algunas personas no están dispuestas a asumir, la falta de ingresos, la informalidad de muchos sectores productivos, entre otros.

De los factores mencionados anteriormente, uno de los que más pudiera influir en que aun haya un gran porcentaje de la población que no esté bancarizada, es la informalidad de muchos sectores. De acuerdo con la Encuesta de Fuerza de Trabajo del Banco Central, el 58.6% de la mano de obra activa en el país trabaja en actividades laborales de informalidad.

La informalidad se expresa de diversas formas: vendedores ambulantes, chiriperos, establecimientos comerciales con locales, pero que no están debidamente formalizados, debido principalmente, al exceso de burocracia para acceder a la formalidad y el posterior incremento de costos que representa para los pequeños negocios.

Para contrarrestar la informalidad de muchos sectores y continuar aumentando el porcentaje de la población bancarizada y la inclusión financiera, el estado ha creado mecanismos a través de la plataforma Republica Digital para que los negocios informales tengan facilidades para constituirse sin necesidad de cumplir con las burocracias tradicionales, a eso también hay que agregarle que las instituciones financieras han implementado los Subagentes Bancarios, los cuales están representados por personas físicas o jurídicas que ejercen actividades comerciales, que son contratadas por las entidades de intermediación financiera para realizar operaciones permitidas, a nombre y por cuenta de éstas, y prestar los servicios financieros, de acuerdo a lo establecido en el Reglamento de Subagente Bancario aprobado por la Junta Monetaria en su Primera Resolución de fecha 14 de febrero de 2013 y sus modificaciones.

El superintendente de Banco Luis Armando Asunción Álvarez, destacó el impacto de los Subagentes Bancarios en la inclusión financiera de las personas de bajos recursos. Asunción Álvarez refirió que consistente con el objetivo para el cual fueron creados, los Subagentes Bancarios han llevado el “banco”, con algunos productos y servicios financieros a la población no bancarizada, es decir, a aquellas personas que tradicionalmente habían sido excluidas del Sistema Financiero, entre otras razones, por estar situadas en lugares donde las entidades de intermediación financiera no podían llegar.

Los Subagentes Bancarios representan un nuevo canal de distribución de los productos y servicios financieros, a través de pequeños negocios como farmacias, colmados, ferreterías, supermercados, entre otros tipos de establecimientos.

A través de los Subagentes Bancarios los usuarios del Sistema Financiero pueden realizar de forma rápida y segura pagos en efectivo de préstamos y tarjetas de crédito, envío o recepción de transferencias dentro del territorio nacional, depósitos en efectivo en cuentas de ahorros o corrientes, retiros en efectivo de cuentas de ahorros, venta, recarga y retiro de fondos asociados a tarjetas pre-pagadas, entre otras operaciones.

En conclusión, la República Dominicana ha avanzado hacia una mayor bancarización e inclusión financiera, y tanto las instituciones financieras como la Superintendencia de Bancos continuarán buscando mecanismos que contribuyan a la bancarización nacional.